Quincuagésimo onomástico: Black Sabbath cumple 50
Hoy se cumple medio siglo desde que se escuchó por primera vez, aquella noche de pesada lluvia, con estridentes relámpagos y campanazos de destrucción que anunciaban la presencia maligna en forma de diabolus in musica. Así empezó todo, con un power chord y 3 notas ejecutadas melódicamente; solo eso le bastó al ex-obrero metalúrgico de la industrializada Bermingham, Inglaterra, para hacer ebullir los calderos brujos con la fórmula inicial del GEBY MERAL. Un epíteto que los 4 de Birmingham, estuvieron dispuestos a cargar desde el principio. Es en serio que Anthony Frank Iommi (nuestro Tony) es el arquitecto, el alquimista supremo que aleó la madera y el metal de las cuerdas de su Gibson SG para crear el 99,9% de todos los riffs Heavy Metal, Riffs base que otros guitarristas después de él, tomaron como referencia. Sabbath inventó el Heavy Metal, seguramente, sin importar quién lo hizo primero o no. Pero no estamos hablando de eso, la fiesta onomástica es para el álbum BS, un disco no del todo Heavy Metal, exceptuando quizás su homónima canción, NIB o The Wizard; podemos decir que las otras canciones del álbum como Warning (es un cover en realidad) o Sleeping Village, suenan más como un Blues estridente y pesado, es más, Paranoid podría ser incluso un álbum mucho más parado en los terrenos del Heavy Metal si lo queremos poner en esos términos.
Grabando el BLACK SABBATH |
No obstante, su debut es y será ley canónica para la música metal del planeta tierra. Por eso todos debemos agradecer a la máquina de cortar lámina que le rebanó un par de falanges al pobre Tony, paradógicamente, gracias a este trágico accidente, Iommy se vio obligado destensar un poco las cuerdas de su guitarra, logrando una afinación con un tono o color más grave, especial para el metal. Pero eso sería solo el inicio; pongamos en la película el sonido y ejecución del 4 cuerdas de Geezer B, su sonido es tan lleno y pesado que le ladra con fuerza a la única guitarra presente. Y si pensamos que Geezer es el letrista oficial de la banda, la cosa se pone todavía mejor. Por otra parte, las percusiones y base rítmica de Bill W. lleva la trama por una gran variedad de tiempos, cambios de ritmos, sincopas, contratiempos e improvisaciones alucinantes, Ward más que un baterista, se ha considerado un percusionista, además de un fuerte aficionado al Jazz, incorporando técnicas que aprendió de su batería favorito de jazz Gene Krupa, revueltas con hardblues, creando todo un estilo. Ahora, el ritual sabático jamás estaría completo sin los elementos terroríficos, insanos y maniáticos de la voz de Ozzy O., quién puede sonar angelical y siniestro al mismo tiempo, aquellos fueron los mejores días del Madman, su versátil voz y demencial presencia escénica no pudo ser mejor para representar el primigenio sonido del Metal Pesado.
Felices 50, así que no hay mejor momento para invitarlos a re-escuchar esta gran catedral musical, pero antes los dejo con palabras de Bill Ward en 2009, sobre su primigenio debut: “Black Sabbath - para mí fue el álbum más atesorado. (Fue) el álbum emocionalmente más unido. (Es) el álbum con la canción himno de Sabbath, la esencia pura está asegurada, atada por 4 poderosas fuerzas creadas y unidas de por vida. (...) Dénse cuenta que tras años de tocar, sufrir, muchos toques y trabajo duro, todo eso fue a parar en ese álbum. (Nosotros) éramos una genial banda en vivo, sin compromisos, sin temores. Estábamos creciendo riesgosamente, en originalidad, siendo diferentes con nuestros ritmos, apoyando cada pasaje musical como si fuera una conquista individual. La camaradería y el esfuerzo conjunto de cuatro músicos.”